Una inversión de 1.500 millones de dólares (unos 1.125 millones de
euros) entre 2011 y 2015 para implantar la circuncisión en 13 países del
sur y el este de África parece mucho en los tiempos que corren. Pero si
se tiene en cuenta que podría ahorrar a la larga hasta 16.000 millones
de dólares y evitar 3,1 millones de nuevas infecciones por VIH en la
próxima década, entonces la cifra ya no resulta tan desmesurada.
Son estos cálculos los que han llevado a EEUU -a través del PEPFAR
(su programa de ayuda contra el sida)- y a ONUSIDA, entre otras
instituciones, a embarcarse en una ambiciosa campaña de circuncisión
masiva, convencidos de que esta intervención es esencial para controlar la epidemia en aquellos lugares con una alta prevalencia de sida.
Tania Ávila
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