Tras escándalos como el del analgésico Vioxx o la polémica de los antidepresivos para niños, la Agencia que regula el Medicamento en Estados Unidos (FDA) quiere ir con pies de plomo. Para evitar nuevos errores, ha anunciado su intención de poner en marcha un plan para garantizar el seguimiento de los fármacos que se aprueban por si aparece algún efecto secundario indeseado por sorpresa.
La mayoría de los ensayos clínicos para comprobar la utilidad de un fármaco se basan en una muestra de cientos de personas o unos pocos miles. El problema es que algunos efectos indeseados poco comunes de los medicamentos sólo se detectan cuando lo utilizan millones de personas. Por eso es tan importante el correcto seguimiento de los fármacos una vez comercializados.
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Tania Ávila
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