Una campaña de
vacunación para evitar que los adolescentes empiecen a fumar
sería demasiado costosa, según investigadores australianos que
evaluaron los costos y beneficios de vacunas anti-nicotina que
están en desarrollo.
Luego de analizar la efectividad comprobada hasta ahora de
vacunas experimentales para dejar de fumar, el equipo concluyó
que esos fármacos deberían ser más económicos, incluir menos
dosis y brindar mejores resultados para que su uso sea
costo-efectivo.
"La información disponible sobre NicVax y otras vacunas de
nicotina revela que esos factores no son viables", dijo Coral
Gartner, una investigadora de la Universidad de Queensland quien
lideró el estudio.
Aún no hay ninguna vacuna antitabáquica en el mercado, pero
hay varias que ya fueron probadas en seres humanos. NicVax (Nabi
Pharmaceuticals), con resultados publicados, tendría una baja
efectividad.
Ahora, el equipo de Gartner utilizó los resultados de un
ensayo clínico de fase II sobre esa vacuna para diseñar un
modelo que permita conocer cómo actuaría para reducir el
tabaquismo en los adolescentes.
En el mejor escenario, los autores observaron que la vacuna
reduciría del 10 al 2 por ciento anual la cantidad de jóvenes
australianos que empiezan a fumar entre los 12 y 19 años.
"Desde la finalización de nuestro estudio, se publicaron los
resultados de un ensayo de fase III (de NicVax) en los que la
vacuna no ayudó con la cesación tabáquica, lo que sugiere que
este 'mejor escenario' sería bastante irreal", dijo Gartner por
e-mail.
Y aunque la vacuna diera resultado, el costo supera el
límite habitual, por lo menos en Australia, para considerarla
una herramienta profiláctica costo-efectiva.
Uno de los principales costos evaluados es que deberían
utilizarse seis dosis en un año, por lo que cada año de
enfermedad o discapacidad que los adolescentes evitarían por no
fumar oscilaría entre los 80.000 y 530.000 dólares, mucho más
que el valor de corte de 50.000 dólares.
"Los resultados del estudio tienen sentido para Australia,
donde se aplican valores de corte estrictos para el
financiamiento de los programas de vacunación", dijo por e-mail
la doctora Grace Lee, profesora del Hospital de Niños de Boston
y que no participó del estudio.
"El factor costo-efectividad es un aspecto, pero no el
único, que influye en las decisiones sobre el uso de una vacuna
en Estados Unidos", agregó.
En otros países con tasas de tabaquismo más altas, un
programa de vacunación antitabáquica podría ser más
costo-efectivo. Para Gartner, a partir de estos resultados, un
programa de vacunación antitabáquica para adolescentes no
recibiría financiamiento público en Australia.
"En lugar de buscar ayudas tecnológicas, como la
inmunización preventiva, deberíamos concentrarnos en aplicar
estrategias con mayor potencial para desalentar el tabaquismo y
promover la cesación", dijo la autora.
Eso incluye la prohibición de la publicidad de cigarrillos,
el uso de envoltorios sin referencias ni marcas y el aumento de
los impuestos al tabaco.
Tania Ávila
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