Los expertos comienzan a creer que algunos de los problemas de salud
no relacionados con el dolor de cabeza en la niñez (como los vómitos y
el vértigo) podrían estar relacionados con las migrañas más adelante.
Ahora, un nuevo estudio sugiere una conexión entre las madres con
migrañas y el cólico en la infancia.
El cólico es una afección caracterizada por llanto excesivo en un niño que por lo demás está sano.
"Las
madres con antecedentes de migraña tenían más de dos veces y media más
probabilidades de tener un bebé con cólico que las madres que no sufrían
de migrañas", señaló la autora del estudio, la Dra. Amy Gelfand,
neuróloga pediátrica del Centro del Dolor de Cabeza de la Universidad de
California, en San Francisco.
Los hallazgos fueron publicados en
línea el 20 de febrero, y Gelfand y colegas los presentarán en abril en
la reunión anual de la Academia Americana de Neurología (American
Academy of Neurology) en Nueva Orleáns.
Los investigadores
diseñaron un cuestionario para ayudar a precisar si un bebé tenía cólico
y para identificar a las madres que habían sido diagnosticadas con
migraña. Se cree que las migrañas tienen un potente vínculo genético.
"Encuestamos
a las madres cuando llevaban a sus bebés al consultorio del pediatra
para su revisión rutinaria de los dos meses", apuntó Gelfand.
Los
datos de 154 madres y sus bebés mostraron que casi el 29 por ciento de
los bebés cuyas madres tenían antecedentes de migraña sufrían de cólico,
frente a alrededor de 11 por ciento de los bebés cuyas madres no
reportaron migrañas.
"También hubo una tendencia cuando los
padres contestaron la encuesta", añadió Gelfand. Comentó que 93
encuestados respondieron preguntas sobre los antecedentes de migraña de
los papás. El resultado: alrededor del 22 por ciento de los bebés con
cólico tenían un papá con migraña, frente a apenas casi 10 por ciento de
los bebés que no sufrían de cólicos.
Los dolores de cabeza
crónicos y debilitadores afectan a más de 29 millones de
estadounidenses, según la Oficina de Salud de las Mujeres del
Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU.
Tres cuartas
partes de los que sufren de migrañas son mujeres, e investigaciones
previas sugieren que alrededor de la mitad de las personas que sufren de
migrañas no han sido diagnosticadas.
"La moraleja es que las
migrañas son un trastorno heredado que involucra a todo el organismo",
señaló un neurólogo y especialista en medicina del dolor, el Dr. Joel
Saper, director del Instituto del Dolor de Cabeza y Neurológico de
Michigan, en Ann Arbor.
Saper, que no participó en el estudio,
dijo que las personas que tienden a las migrañas reaccionan a la
sobreestimulación durante todas sus vidas. Apuntó que la nueva
investigación sugiere que "es muy posible que el cólico sea una
manifestación precoz de la migraña".
Saper explicó que los bebés y
niños tienen sistemas nerviosos inmaduros que no funcionan igual que el
de los adultos. Apuntó que la migraña (una afección neurológica) podría
manifestarse de forma distinta en bebés y niños.
"La patofisiología subyacente podría ser la misma, pero los reflejos son distintos", dijo Saper.
Los
investigadores apuntaron que el cólico no parece relacionarse con el
sexo del niño. Además, aunque no preguntaron si los bebés eran
amamantados o alimentados con biberón, otros estudios sugieren que las
tasas de cólico no varían entre esos dos grupos de niños, anotó Gelfand.
Pero comentó que aún se debate si la proteína de la leche de vaca
podría desempeñar un rol en algunos niños.
Actualmente, se
aconseja a la mayoría de padres esperar las semanas o meses que el
cólico tarda en resolverse, calmar y cargar al bebé y pedir ayuda (para
que los padres puedan descansar) si el llanto crónico los pone
nerviosos.
En un comentario sobre el estudio, la Dra. Tai
Lockspeiser, pediatra y profesora asistente de pediatría de la Facultad
de Medicina de la Universidad de Colorado y del Hospital Pediátrico de
Colorado, aseguró que "todos los bebés lloran, y el cólico solo es un
extremo del espectro". Recomendó el sistema popularizado por el Dr.
Harvey Karp, conocido como el "sistema de las 5 S" (por su sigla en
inglés): cambiar el pañal, amamantar, poner al bebé de lado, consolarlo
con ruidos adecuados y mecerlo. "Hay algunos videos magníficos en línea
en YouTube que demuestran exactamente cómo hacerlo", aseguró
Lockspeiser.
Por su parte, Gelfand dijo que "es demasiado pronto
para cambiar cualquier tipo de protocolo para el cólico. Pero esto da a
pediatras y neurólogos otra hipótesis a tomar en cuenta. Los padres
podrían probar con estrategias no farmacológicas que ayudan a algunos
adultos que sufren de migraña, planteó.
"Bajar la música, ir a
una habitación tranquila y reducir la estimulación podría ayudar",
aseguró Gelfand. También sugirió que mamás y papás lleven un "diario de
llanto" para rastrear en qué momentos tienden a ocurrir los ataques de
cólico y cualquier cosa que parezca calmar al bebé.
Saper dijo
que la nueva investigación ofrece otra pista sobre la evolución de la
migraña en un individuo. "Ahora podemos decir que un niño quizás la esté
desarrollando".
El próximo paso en la investigación será dar seguimiento a los bebés durante años, comentó Gelfand.
"Ahora mismo utilizamos la migraña de las madres, pero lo que realmente deseamos saber es si esos bebés tendrán migraña", dijo.
Los
datos y conclusiones de esta investigación deben ser considerados como
preliminares hasta que se publiquen en una revista reseñada por
profesionales.
Dora Flores
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